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Tenemos el privilegio de contar con la colaboración del periodista español y profesor de periodismo, VALENTIN POPESCU, columnista de primera magnitud y corresponsal, durante un cuarto de siglo, de LA VANGUARDIA  de Barcelona, en Bonn, R.F. de Alemania.

En este artículo, Valentín Popescu explica la razón por la cual el purismo doctrinario religioso  de los islamistas ha llegado a ser motivo de derramamiento de sangre en la propia Arabia Saudí,  Tierra Santa de los musulmanes.

ISLAM : LA ÚLTIMA GUERRA FRATRICIDA

ISIS PLANURI PT. ARABIA SAUDITĂImagen de un vídeo de propaganda del Estado Islámico en que se muestran sus planes de expansión desde Iraq, a través de Jordania, hasta Arabia Saudí.

Hoy en día, el país más amenazado por el Estado Islámico (ES) no es Siria o el Irak, sino Arabia Saudí, porque le disputa a esta la razón misma de su existencia: el purismo sunnita.

El reino actual de Arabia nació a primeros del siglo XX y es el sucesor del que surgió en siglo XVIII de la alianza de la dinastía de los Saud (en aquél entonces casi desconocida) con el reformador árabe y radical del islamismo, Mohamed Abdel Wahab. Los Saud aportaban a esta alianza su pragmatismo y su apuesta política por la ayuda occidental contra el Imperio Otomano, en tanto que Wahab, defensor de un retorno al islamismo primigenio puro y ascético, garantizaba a los Saud la fidelidad, en nombre del Profeta de los súbditos.

Actualmente, esta alianza se ve sacudida en sus cimientos por un ES que no sólo invoca el mismo radicalismo religioso, sino que incluso pone en duda la fidelidad doctrinal del wahabismo saudí a las enseñanzas del Profeta y con ello, la legitimidad misma de los Saud en el trono.

Así, ES acusa a Arabia Saudí de haber ignorado las prescripciones del Profeta de no edificar sobre tumbas o cementerios y, en general, haber relajado la estricta moral coránica hasta extremos pecaminosos. Sólo el chiismo – la otra “bestia negra” del radicalismo del Estado Islámico – es perseguido con más saña que la actual versión del wahabismo. Para los ultras puros de la ortodoxia, los chiitas son auténticos politeístas, dada la veneración que sienten hacia a los doce imanes de su fe.

ATAC ISIS MOSCHEE ARABIA SAUDITĂFamiliares de las víctimas de un ataque suicida con bomba en la Mezquita del Imam Alí, en la aldea de al-Qadeeh, en la provincia oriental de Gatif, Arabia Saudí, 22 de Mayo de 2015. Fuente: Reuters/Stringer

ATAC ISIS ARABIA SAUDITĂPrimo de una víctima orando en el lugar en que un suicida se hizo estallar en la Mezquita Chiita de Al-Anoud , en  la ciudad costera de Dammam, Arabia Saudí, 29 de Mayo de 2015. El Estado Islámico asumió la autoría de este ataque. Desde entonces, las fuerzas de seguridad han intensificado sus esfuerzos a fin de prevenir los ataques terroristas en suelo saudí. Fuente: AFP/Getty Images

Esto explica que la última serie de atentados, en suelo saudí, de los radicales islamistas se dirigiera contra la población del este de la Península Arábiga, mayormente chiíes, y la mezquita construida sobre la tumba de Mahoma en la ciudad de Medina. El 3º atentado tenía como meta el consulado de los EEUU en Yedda, ya que Washington es el principal valedor y aliado de los Saud.

ATENTAT LA YEDDAEl consulado de EE.UU, en la ciudad de Jeddah, Arabia Saudí, (4.07.2016)

El cadáver del kamikaze tras la explosiónEl cadáver del kamikaze tras la explosión

Naturalmente, y cómo pasa siempre en el Oriente Medio, en la realidad las cosas no son tan sencillas y bien definidas. El wahabismo es, en su esencia, mucho más radical que la versión defendida por el ES y llegó a critica por “excesivo” el mismo culto al Profeta, que se hacía en el resto del mundo sunnita, y exige con tal vehemencia el purismo original que, hasta hoy en día, no se hace público el lugar donde se entierran los restos mortales de los monarcas saudíes, tal como lo exige la doctrina primigenia. Más aún, en 1803 y 1805, zelotes y monárquicos derribaron todas las cúpulas erigidas en los camposantos de Medina y la Meca por contravenir según ellos – las normas coránicas. Y a principios de 1806, los seguidores de Wahab y Saud, tras conquistar Medina, saquearon la tumba del Profeta, lo que provocó una ola de indignación en el mundo sunnita, pese a los esfuerzos saudíes por ocultar los hechos. En 1926, cuando las mismas fuerzas saquearon y asolaron el cementerio chií de Medina, esa vez, sin tanto misterio.

PELERINAJ LA MECAPeregrinaje a Mecca, Arabia Saudí; La Santa Mezquita de Masjid al-Haram, donde se encuentra la Ka’aba, la piedra negra. Fuente : Reuters/Ammar Awad

Valentí Popescu

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VALENTIN POPESCU