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Ali Abdullah Saleh, Arabia Saudí, Bahréin, huthi, Oriente Medio, Qatar, Riad, Teherán, Yemen
Tenemos el privilegio de contar con la colaboración del periodista español y profesor de periodismo, VALENTIN POPESCU, columnista de primera magnitud y corresponsal, durante un cuarto de siglo, de LA VANGUARDIA de Barcelona, en Bonn, R.F. de Alemania.
Llevar la guerra, durante un decenio, supone gastos… gastos enormes. Pero, llevar la guerra… para no vencer…parece ser algo ilógico, incluso en la propia lógica criminal de la guerra. La explicación es muy sencilla: la victoria costaría mucho más que la guerra.
Y entonces ¿por qué no asumir la paz, simplemente renunciando a la guerra?
EL YEMEN SE LE INDIGESTA A ARABIA SAUDÍ

La guerra yemení es una de esas historias inverosímiles, que tan a menudo brinda el Oriente Medio : diez naciones árabes ricas se alían contra el país islámico más pobre – el Yemen – y no logran vencerlo, ni en diez años de ataques indiscriminados, que han costado ya la vida a más de 10.000 yemenitas.
Naturalmente, esto es así solamente sobre el papel. De los 10 coligados, sólo Arabia Saudí, Bahréin y Qatar luchan en el Yemen contra las tribus zaiditas (una secta chiita) de los huthi y la ofensiva militar del trio atacante es casi exclusivamente técnica – aviación y armas sofisticadas –, ya que las fuerzas de infantería son tribus yemeníes tradicionalmente enemistadas con los huthi.
A pesar de que ese planteamiento bélico “a la americana” no ha ocasionado ninguna baja en las filas de los ejércitos coligados, la guerra del Yemen ha significado para Riad una sangría económica mayúscula. Ella es la causa principal de que Arabia saudí tome, por primera vez en 25 años, un crédito exterior de diez mil millones de dólares. Esta suma es casi idéntica a la factura presentada por los EE.UU. y Gran Bretaña a Riad por la venta de armas, en los últimos 10 años. El enorme coste del conflicto duele tanto más en Riad, por cuanto la única conquista importante conseguida ha sido la ocupación del puerto de Adén; los intentos de toma de Sanaa – la capital -, el puerto de Hudaida y la ciudad clave de las montañas – Taizz – siguen en poder de los huthi y otras tribus afines a Saleh.
Ali Abdullah Saleh presidente de la República de Yemen desde el 22 de mayo de 1990 hasta el 25 de febrero de 2012
Un yemení observa desolado las ruinas de la ciudad de Saná
La peculiar situación militar del Yemen es más fácil de explicar que de entender. La causa remota del conflicto está en la rivalidad histórica entre Riad y Teherán por dominar el mundo islámico. La causa próxima es un giro de la política exterior saudí, que le retiró la confianza a Ali Abdullah Saleh, hombre fuerte del Yemen durante lustros, apartándole del poder. Saleh y sus tribus amigas son el principal aliado de los huthi, hoy en día.
En cuanto al planteamiento de una “guerra a distancia”, se debe, ante todo, en la poca fe de Riad en la capacidad de sus tropas… y al miedo de que la conquista del Yemen le vaya a resultar aún más cara que la guerra.

Ocupar un país montañoso, desolado y casi sin estructuras estatales es un desafío que doblegó, en su día, a rusos y norteamericanos en el Afganistán. Y si esta proeza militar la llevara a cabo Riad a pesar de todo, se encontraría con el desafío ruinoso de tener que alimentar a 21.000.000 de habitantes cuya pobreza es tal que solamente para atender sus necesidades inmediatas se necesitan – según cálculos de la ONU – 1,8 mil millones de dólares anuales, durante un periodo superior a los cinco años, probablemente diez.
Valentí Popescu
Autorizamos la reproducción total o parcial de este artículo a condición de que se mencionen la fuente y el autor: http://www.ghemulariadnei.worldpress.com y Valentí Popescu.


El 10 de septiembre de 2016: el ataque de la fuerza aérea siria en la ciudad de Idlib
Bashar Al-Assad, presidente de Siria
Un grupo de militantes del Estado Islámico apunta sus armas hacia un grupo de soldados iraquíes que van vestidos de civiles y que han sido detenidos tras tomar una base militar en Tikrit, Irak
El secretario de Estado de Estados Unidos de América, John Kerry y el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, participan durante una conferencia de prensa conjunta después de llegar a un acuerdo histórico con el propósito de poner fin a cinco años de conflicto en Siria, en Ginebra, Suiza, el 10 de septiembre de 2016.
Mohamed bin Salman en una imagen de archive
Imagen de un vídeo de propaganda del Estado Islámico en que se muestran sus planes de expansión desde Iraq, a través de Jordania, hasta Arabia Saudí.
Familiares de las víctimas de un ataque suicida con bomba en la Mezquita del Imam Alí, en la aldea de al-Qadeeh, en la provincia oriental de Gatif, Arabia Saudí, 22 de Mayo de 2015. Fuente: Reuters/Stringer
Primo de una víctima orando en el lugar en que un suicida se hizo estallar en la Mezquita Chiita de Al-Anoud , en la ciudad costera de Dammam, Arabia Saudí, 29 de Mayo de 2015. El Estado Islámico asumió la autoría de este ataque. Desde entonces, las fuerzas de seguridad han intensificado sus esfuerzos a fin de prevenir los ataques terroristas en suelo saudí. Fuente: AFP/Getty Images
El consulado de EE.UU, en la ciudad de Jeddah, Arabia Saudí, (4.07.2016)
El cadáver del kamikaze tras la explosión
Peregrinaje a Mecca, Arabia Saudí; La Santa Mezquita de Masjid al-Haram, donde se encuentra la Ka’aba, la piedra negra. Fuente : Reuters/Ammar Awad